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15 DE ABRIL de 1999

  • Un sitio más en Internet!...

    Pero porqué un sitio más? Porque pensamos, al igual que muchos otros, que la riqueza de internet es inevitable; porque la publicación es posible allí sin grandes dificultades (es hasta divertida) y que por otro lado es evolutiva y creativa; porque el encuentro y la comunicación están siempre presentes y porque la libertad está a la obra.

    También porque Henri Ey tenía y tiene aún muchos alumnos en Francia y el resto del mundo, y el sitio de L'Association pour la Fondation Henri Ey es el mejor medio de establecer lazos entre nosotros, de intercambiar nuestros trabajos y de hacer conocer nuestra actividad a otros.

    Como se sabe, la psiquiatría es múltiple. Es su riqueza.

    Pero ella debe cuestionarse siempre sobre lo que dice y, por supuesto, sobre lo que hace.

    Acaso se cuestiona siempre como lo debiera? No estamos tan seguros.

    Cuando nuestro amigo R.M. Palem nos hizo salir de nuestro consultorio para ver lo que había pasado desde la muerte de Henri Ey (1977), no pudimos más que constatar la distancia que separaba nuestra práctica de lo que se decía (y hacía) muy oficialmente. Y sin embrago, no habíamos cesado de formarnos (sin FMC obligatoria!) a todo lo que podía darnos un acceso al hombre y a su sufrimiento. Y reflexionado junto con otros al riesgo de no escucharlo, al riesgo de no escuchar nada de nada.

    Sin embargo, todo el discurso de la psiquiatría fue trasnfromado profundamente en veinte años. Como lo cristalisa G. Lanteri-Laura en su última obra ("Essai sur les paradigmes de la psychiatrie moderne", 1998, Paris, Ed. du temps)...

    ...con la muerte de Henri Ey se termina el último de los paradigmas de la psiquiatría en curso, el de la psicopatología. Aquél que en la psiquiatría se situa lo más cerca posible del hombre. Porque la psicopatología no es una teoría más de la enfermedad mental. Es una representación bien articulada de lo que podría pasar en el hombre partiendo de su vivencia (fenomenología) y de su discurso (psicoanálisis) aún cuando deba ser interpretado (y en primer lugar por el sujeto mismo).

    La psicopatología es por cierto una teorización, pero en la cual el Sujeto sufriente tiene alguna posibilidad de reconocer su vivencia en la escucha que su interlocutor sapiente le consagra y en las preguntas que guían su entrevista; y en la cual el sujeto sufriente tiene alguna posibilidad de escuchar que su decir es más rico en verdad que él no lo hubiera pensdo.
     
     

    Si resaltamos que en los años 80, se detiene en la psiquiatría lo que era a nuestro modo de ver lo más cercano al hombre, a su vivencia, a su palabra, es para señalar su gravedad.

    De ése modo se explica la gran distancia entre nuestra práctica y nuestra formación y lo que circula desde ese entonces como discurso "científico".
     
     

    A la pregunta de qué se presenta en su lugar, no hay respuesta nos dice G. Lantéri-Laura. No solamente por cuestiones de rigor metodológico (estaríamos demasiado próximos a nuestro presente para decir algo pertinente a su propósito que solo la distancia histórica lo permitiría), sino también a raíz de esta multiplicidad misma que nos hobliga hoy a hablar de "epistemologías regionales" sin posibilidad de discernir una unidad. Entre neurociencias, comportamentalismo, cognitivismo, el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM) de las Enfermedades Mentales, la gran paleta de abordajes psicoterápicos, desde la hypnosis hasta la Programación Neuro Lingüística y otras educativas...
     

Sin embargo ciertos lazos entre dichas ramas diferentes pueden avisorarse, y hasta quizás un tronco común:

  • Un gusto bien marcado por la epidemiología (quien lleva a pensar que la pertinencia del saber aumenta en función del tamaño de la muestra),
  • Cierto materialismo neuronal (hoy podemos "ver las alucinaciones", J.P. Changeux)
  • Un pragmatismo que quizás ya no tiene nada que ver con lo que Ch. S. Pierce entendía por eso,
  • Un empirismo que de ser estadístico, se proclama atórico y anhistórico, por lo tanto un signo que envía a nada más que él mismo,
  • Una psicofarmacología tendiente a gobernar la semiología y la clínica,
  • Una gran desconfianza frente a clasificaciones demasiado filosóficas, a los grandes sistemas y a la interpretación,


     

     
     
     

    Una gran limpieza que algunos podrán encontrar saludable y ciertamente más cómoda para el tratamiento de masas, pero que nosostros creemos empobrecedora en el encuentro singular con el Sujeto quién no se reconocerá más, al igual que respecto a nuestro "Tesoro clínico" (S. Giudicelli, 1996), quien no será más trabajado y junto con el cual se perderá la ocasión de encuentro con el otro que lo acompaña.
     

    Entonces porqué Henri Ey?
     
     

    Porque encarna lo mejor de éste espíritu de reflexión, de debate, de movimiento de ideas (que R.M Palem describe tan bien en éste mismos sitio: ver Presentación de la Obra), que tanta falta nos hace en éste período de crisis paradigmática (Kuhn, 1972). No porque debamos retomar su pensamiento del hecho psiquiátrico tal que él lo dejó, ya que contiene muchos debates hoy superados, puntos de vista obsoletos y fórmulas impronunciables en nuestra actualidad; sino por que hay que retomar su espíritu:

    • Siempre retomar en su totalidad los aportes de la historia.
    • Siempre tratar de integrar, en lugar de atomizar.
    • Siempre encontrar líneas de fuerza en las cuales apoyarse.
    • Siempre con la Etica como preocupación constante.

    Y todo esto aplicable en los campos de la práctica institucional, sindical, profesional, así como teórico, psicopatológico y clínico.

    Ya que el hecho más remarcable es la completa adecuación entre el espíritu que anima la elaboración teórica y el objeto al cual se aplica: todas esas disposiciones, que forman parte del movimiento de teorización, son enteramente adecuadas a un abordaje del Sujeto sufriente, a un abordaje de entrada psicoterápico.

    No podemos decir lo mismo de lo que nos proponen actualmente, con su racionalismo informatizable: nada más extranjero al Sujeto y a su encuentro. Dicha enseñanza (la "psicopatología cuantitativa" del DSM reemplaza actualmente al "Ey, Bernard, Brisset" cuya última edición francesa remonta a 1989), deja librado al azar de la calidad humana de cada uno de ocuparse del resto. Así aumenta el riesgo de escición entre una psiquiatría cada vez más biológica y ocupada en ciencias neurales y el necesario abordaje psicoterápico, corazón mismo de la psiquiatría. "Dicotomía inadmisible", "error científico" y "deriva terapéutica" contra la cual D. Widlocher (1999) "protesta con vigor".

    Hay que resignarse a perder esta formidable avanzada de la psiquiatría francesa que Gladys Swain, estudiando Ph.Pinel, sacaba a luz (en 1977 precisamente) con el título "Le Sujet de la Folie"?

    Podemos olvidar que ella nos muestra el extraordinario poder de un sistema de clasificación sobre el reconocimiento de la subjetividad y "hasta qué punto la clasificación elaborada (por Pinel) compromete una concepción de fondo en lo que respecta a la naturaleza de la aliención" (p. 81, 1977).

    Y cuando la clasificación reposa sobre grupos estadísticos, en qué se transforma el reconocimiento de la subjetividad? Y la concepción de fondo en cuanto a la naturaleza de la alienación?
     

    De esa forma, preferimos dar a conocer y familiarizar, la magistral clínica de Henri Ey de los Etudes Psychiatriques(1950) ; sus descripciones incomparables de los estados de mania y de melancolía; o los capítulos de  l'Encyclopédie médico-chirurgicale (EMC Psychiatrie) tratando la esquizofrenia (reeditadas por nuestro presidente Jean Garrabé, 1996). Próximamente, extractos de esas páginas podrán verse en nuestro sitio.

    Tarde o temprano se volverá a dichos textos, ya que se trata de uno de los aportes más prestigiosos de la clínica psiquiátrica, junto a los más grandes textos de los mejores autores. Y en cuanto al célebre "Traité des hallucinations" tan injustamente desconocido, ya que mal difundido, representa ciertamente y sin chauvinismo excesivo, "la obra psiquiátrica del siglo" (Cl. J. Blanc): todo puede encontrarse allí, la descripción se entrelaza permanentemente a la reflexion psicopatológica del más alto nivel; y los grandes autores son convocados, citado y debatidos, amigos o enemigos (De Clérambault, Freud, Lacan...). Dicha obra constituye no solamente una mina para el saber, muestra sobretodo una generosidad en los debates y una preocupación de hacer conocer, de aprender a leer los autores y, más que nada de aprender a reflexionar y pensar la locura, lo cual constituye el honor de un trabajo de enseñanza. La psicosis y el psicótico bien merecen eso.

    Para nosotros (y nos somos los únicos) que llegamos a la psiquiatría con la vista fijada en las profundas reflexiones de los célebres Colloques de Bonneval, qué tristeza y qué aburrimiento (C.Koupernik, 1999) constituye nuestra época !
     
     

    Aparece entonces evidente que hay que estudiar y hacer conocer mejor el pensamiento de Henri Ey.

    Salvar, clasificar y analizar sus archivos (R.M.Palem).

    Salvar de la dispersión, luego repertoriar, publicar las referencias de su biblioteca, rica de 50 años de psiquiatría y cultura general (P. Belzeaux).

    Hemos llegado a nuestros fines, luego de un largo trayecto ascético, sin economizarnos un baño de técnica informática. Alojados y sostenidos por Psydoc (J.M. Thurin) desde los primeros momentos, tomamos gusto al método y al descubrimiento de nuevas potencialidades.
     
     

    La técnica informática podría servir la causa de la historia de la psiquiatría en lugar de volverla anhistórica!...
     
     

    Allí nació la idae de una extensión de las referencias de la obras personales de la biblioteca personal de Henri Ey, a los artículos de la revistas que allí se encuentran; y la idea de una publicación en el servidor Psydoc, de referencias de la psiquiatría dentro de su historia, algo que no existía en Francia hasta este día. Estamos en vías de realizarlo. Con ciertas dificultades ya que falta una coordinación técnica entre los diferentes participantes y que todo, o casi todo, está por hacerse: particularmente un vocabulario de palabras-clave francesas que no existe de manera armonizada, así cómo los útiles de informática permitiendo automatizar las tareas de relevamiento en las zonas de títulos de dichas palabras-clave (lo que sin embargo hicimos).

    Para que cada uno pueda tener acceso a las referencias históricas.

    Y si a partir de allí formáramos una  red de bibliotecas publicables en Psydoc? con un mapa de Francia pemitiendo localizar las obras buscadas.  Todo eso es realizable y nos hace soñar a la famosa biblioteca virtual que nos envidiarían. En el año 2000? En breve, entonces...

    Pero antes navegue por el sitio...

    ...descubra la asociación, sus actividades y la riqueza de sus miembros.

    ...consulte los textos de RM Palem sobre las dimensiones de la Obra deHenri Ey, vaya al catálogo de los 500 títulos reunidos por J. Grignon, visite la famosa biblioteca a través del texto (P. Belzeaux), a través de la Base de Datos (acceso al fichero) y a través de las Imágenes, recuerde las Jornadas de Banyuls dels Aspres (Images), y busque las últimas publicaciones sobre la obra de Henri Ey (en Imágenes).

    Y hasta pronto para más páginas, más imágenes, más presentaciones...
     
     
      Dr Patrice Belzeaux

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