Este editorial del American J. of Psychiatrie de la gran especialista de la esquizofrenia en los Estados Unidos, nos ha parecido tan importante que hemos decidido de publicarlo en el SitEy.

Describe muy bien la catástrofe hacia la cual corre la psiquiatría si persiste en descuidar la clínica y la psicopatología en provecho de la investigación experimental y de los abordajes estadísticos.

Decir que el DSM no ha resuelto la cuestión de la definición de la esquizofrenia es valiente y necesario.

Hablar del tiempo y de la evolución de Bleuler y de la clínica europea nos hace pensar en Henri Ey (el primero a introducir Bleuler en Francia, a promover una psicopatología descriptive y a centrar su atención sobre los criterios de evolución).

¿Cómo no pensar en H. Ey cuando N. Andreasen reclama "un pensamiento profundo por gente motivada, empleando abordajes sofisticados e integrativos"..., H. Ey para quién "La Integración" era más que un concepto, una filosofía de vida?

 

Comprendiendo la Esquizofrenia, una Primavera Silenciosa?

por Nancy C. Andreasen

Jefa de Redacción del American Journal of Psychiatry

...¿Adonde ha ido a parar la buena clínica de antaño? ¿Donde están los estudios que toman en cuenta la epidemiología, la psicopatología descriptiva, el curso y el pronóstico? 

 

[...] ¿Adonde ha ido a parar la buena clínica de antaño? ¿Donde están los estudios que toman en cuenta la epidemiología, la psicopatología descriptiva, el curso y el pronóstico? Los estudios en este dominio son cada vez más raros ya que no se los percibe como «sexy», «percutientes», «sofisticados» o inclusive «científicos». Son increiblemente "low-tech". Sólo necesitan un pensamineto cerebro/mente, observar muchos pacientes y registrar las oservaciones y las medidas para que puedan ser analizadas usando métodos estadísticos que van desde los muy simples hasta los más complicados.

 

 

En los Estados Unidos, una generación de investigadores clínicos que moldearon la especialidad durante muchos años ha desaparecido - pienso en Eli Robins, Gerry Klerman, George Winokur- o está por desaparecer. Emergen muy pocos investigadores jóvenes capaces de tomar su lugar. Y todos lo saben, para ser considerado como un científico "serio", hay que hacer ciencia experimental.Afortunadamente los europeos han conservado una orgullosa tradición de investigación clínica y de psicopatología descriptiva. Un día, en el siglo XXl, cuando el genoma y el cerebro humano hayan sido completamente cartografiados, quizás sea necesario meter en marcha un plan Marshall inverso para que los europeos salven la ciencia americana permiténdole de comprender realmente quién es esquizofrénico, o inclusive qué es la esquizofrenia. La frágil escuela norteamericana de psicopatología descriptiva habrá entonces desaparecido. Mientras tanto, corremos el riesgo de no poder utilizar los descubrimientos del poryecto de decriptage del genoma humano en las enfermedades mentales complejas, ya que no dispondremos más de investigadores en clínica que hayan consagrado su carrera a conocer la naturaleza y definición de los síntomas, de los síndromes, de las enfermedades y del modo de diagnosticarlas.

 

 

 

 

¿El problema no está resuelto? ¿El DSM (Diagnostic and Statistical Manual of mental disorders) no basta? Desafortunadamente, no. El DSM fue desarrollado como un manual clínico para "clasificar" los pacientes. Sus descripciones de los múltiples trastornos psiquiátricos son deliberadamente simples, incompletas y dispersas. Es, en particular, el caso de la esquizofrenia. Los criterios de inclusión del DSM no fueron destinados a la investigación y, menos que nada para los estudios sofisticados que se interesan a los genes de susceptibilidad, a los casos latentes o subliminares, o aquellos destinados a hacer comprender las relaciones entre ligeras modificaciones a nivel cerebral o cognitivo  con síntomas de estados globales.

Mucha gente ha crecido acostumbrados a pensar que los criterios de inclusión de esquizofrenia constituyen una definición de lo que la esquizofrenia realmente es. Sin embargo los arquitectos del DSM eran bien concientes que los criterios y las descripciones eran el resultado de un consenso cuyo objetivo era crear definiciones fiables, crear definiciones "fáciles de uso" para los clínicos y, también, evitar los cambios demasiado brutales qui hubieran tornado inutilisables las bases de datos constituidas en epidemiología o en otros dominios de la investigación.

 

 

 

 

 

Decidir quién es esquizofrénico y qué pacientes incluir en los estudios es la tarea más difícil de la investigación. El trabajo "high-tech" de laboratorio (programar robots, etc.) es, en comparación, cosa fácil. La mayoría de las preguntas clínicas siguen abiertas. ¿ Cuáles son los límites de las patologías? ¿El concepto de esquizofrenia incluye el trastorno esquizo-afectivo o trastornos de espectro no psicóticos como el trastorno esquizotípico o la esquizofrenia simple? ¿El síndorme esquizofreniforme que aparece en el contexto de abuso de drogas, es una "realmente" esquizofrenia? ¿Esta patología es una entidad única?¿Es heterogénea? Si es así, ¿cómo describir los subtipos? ¿Cuáles síntomas la definen? ¿Son los síntomas psicóticos puestos en relieve por el DSM? ¿O son los síntomas más fundamentales de Bleuler, es decir síntomas negativos/cognitivos? ¿O no debemos basar la definición en ningún síntoma? ¿Cuál es la evolución característica? ¿Qué nos puede enseñar la evolución y los estados terminales sobre la fisiopatología? ¿Qué nos enseña la epidemiología sobre las definiciones o mecanismos? Estas preguntas son enojosamente sin fin. Ignorar su importancia facilita quizás las cosas, pero no es más que una visión a corto plazo.

 

 

 

 

 

El mejor modo de responder a todas estas preguntas necesita un pensar profundo por gente motivada, empleando abordajes sofisticados e integrativos. Por lo tanto debemos investirnos seriamente en la formación de una generación de verdaderos expertos en la ciencia y el arte de la psicopatología. De otro modo, nosotros los científicos "high-tech", corremos el riesgo de despertarnos dentro de diez años y descubrir que estamos frente a una primavera muda. Aplicar la tecnología sin la colaboración de clínicos sabios, expertos en psicopatología, habrá sido entonces una empresa solitaria, estéril y quizás infructuosa.

Am.J.Psychiatry 155. déc 98 (Traduccion Ed Th Mahieu, Aulnay /ss Bois, France)

 

Afortunadamente los europeos han conservado una orgullosa tradición de investigación clínica y de psicopatología descriptiva. Un día, en el siglo XXl, cuando el genoma y el cerebro humano hayan sido completamente cartografiados, quizás sea necesario meter en marcha un plan Marshall inverso para que los europeos salven la ciencia americana permiténdole de comprender realmente quién es esquizofrénico, o inclusive qué es la esquizofrenia.

 

¿El DSM (Diagnostic and Statistical Manual of mental disorders) no basta? Desafortunadamente, no. El DSM fue desarrollado como un manual clínico para "clasificar" los pacientes. Sus descripciones de los múltiples trastornos psiquiátricos son deliberadamente simples, incompletas y dispersas. Es, en particular, el caso de la esquizofrenia.

 

 

 

 

 

Decidir quién es esquizofrénico y qué pacientes incluir en los estudios es la tarea mas difícil de la investigación...

¿O son los síntomas más fundamentales de Bleuler, es decir síntomas negativos/cognitivos? ¿Cuál es la evolución característica? ¿Qué nos puede enseñar la evolución y los estados terminales sobre la fisiopatología?

 

 

El mejor modo de responder a todas estas preguntas necesita un pensamiento profundo por gente motivada, empleando abordajes sofisticados e integrativos. Por lo tanto debemos investirnos seriamente en la formación de una generación de verdaderos expertos en la ciencia y el arte de la psicopatología.